¿Por qué trabajamos?

Una de las cosas que a veces nos preguntamos es por qué trabajamos. En este sentido José Antonio Pérez López[1] planteaba, en su teoría de la acción humana[2], tres tipos de motivos: extrínsecos, intrínsecos y trascendentales, señalando que en general hacemos las cosas por una combinación de estos tres motivos.

Pérez López llamaba extrínsecos a aquellos motivos que tenían que ver con los incentivos y beneficios que uno percibía como consecuencia de la acción. Los motivos intrínsecos eran los beneficios por el desarrollo del trabajo en sí mismo. Los motivos trascendentales se referían a aquellos motivos asociados a los resultados que tenía el trabajo en terceras personas y no en uno mismo. Respecto a los motivos intrínsecos, algunos de los seguidores de José Antonio los han llegado a asociar con el desarrollo intelectual, el aprendizaje o el conocimiento.

Yo me he permitido hacer algunas precisiones y modificaciones en los términos utilizados que aun siendo muy simples pienso nos va a ayudar a hacer más entendible el planteamiento de Pérez López.

Postulo que las personas trabajan buscando: Beneficios, que son idénticos a los motivos extrínsecos. Los beneficios son justamente lo que uno recibe por la realización del trabajo en sí. Lo segundo sería por el Disfrute que nos proporciona el trabajo en sí y esto tiene que ver con el placer de trabajar y del ambiente de trabajo. Tercero, uno trabaja por el Sentido que le vemos al trabajo que realizamos y eso está ligado con el efecto que produce y el efecto se da en la sociedad, en el país, el mundo, en definitiva, en los demás.

De alguna manera estaría ligado a aquello que también señalaban estos tres grandes psiquiatras austriacos del siglo pasado, Alfred Adler, Sigmund Freud y Viktor Frankl. Adler postulaba que lo que movía al hombre era la búsqueda del poder, Freud por su lado decía  que lo que movía al hombre era la búsqueda del placer y Frankl decía que lo que movía al hombre era la búsqueda de sentido[3].

Algo que quería precisar era que la búsqueda del conocimiento, al igual que la búsqueda del dinero, puede provenir por cualquiera de los tres motivos. Cuando se busca el conocimiento porque me permite el desarrollo de mi carrera personal, dentro de una empresa o logrando mayor empleabilidad, entonces lo que nos está proporcionando son Beneficios. Si lo que estoy buscando con el conocimiento es el reto intelectual, el satisfacer mi curiosidad intelectual, entonces lo que yo estoy encontrando en ese trabajo, al satisfacer o desarrollar mi conocimiento, es el Disfrute. Si más bien lo que yo consigo con el trabajo es un aumento de mis capacidades para a través de ello lograr algo para los demás (por ejemplo ser un mejor padre o un mejor compañero de oficina), entonces, lo que yo estoy consiguiendo es darle Sentido a mi trabajo y, a través de él, darle Sentido a mi vida.

Lo mismo podemos hablar del dinero, o también del orgullo. Por ejemplo el orgullo, en la medida que es un orgullo de ego, sería por el lado del Beneficio. Cuando hablamos del orgullo desde el punto de vista de la autoestima, estaría más ligado a un tema de Disfrute. Cuando hablamos de un orgullo por haber logrado cosas importantes para los demás, estaríamos hablando desde el Sentido.

Creo que podemos aclarar un poco más sobre el tema del Sentido. El sentido tiene que ver con la misión que uno tiene o que uno se traza en la vida o, en lo particular, que uno se traza en el trabajo. Uno a veces se desarrolla a gusto en el trabajo porque le gusta la misión que se ha planteado, porque lo ayuda a cumplir con la misión que quisiera tener. Una compañía que se traza como misión realmente servir a sus clientes está en buen camino, al igual que otra que quiera que su compañía tenga un impacto importante en el medio ambiente o al menos no destruirlo. Pero los motivos no sólo están alineados con aspectos tan positivos de la vida. Algunos podrían tener misiones de repente no tan elevadas, como por ejemplo darle valor al accionista por encima de todo, y puede ser que mueva a alguna gente a actuar.

Los motivos pueden ser negativos o estar mal trazados. Como quien disfruta de gritonear a sus empleados o considera un beneficio acosar a algunas de sus compañeras. Sería interesante contar con sólida demostración empírica sobre que las empresas con mejores misiones producen mejores resultados económicos, perduran más tiempo y/o tienen empleados más felices. O que las personas con mejores misiones de vida son más felices. Creemos que es así aunque nuestra evidencia sea más lógica que empírica. Pero más allá, como directivos de una organización, y como personas en general, la pregunta es cuáles son los motivos que creemos correctos, cuáles son aquellos con los que queremos vivir.

 

Lima Junio 2014.

Larry Oruro y Hugo Alegre

 

[1] Profesor de “Teoría de la Organización” del IESE Business School, escuela de dirección de la Universidad de Navarra de la que fue Director General (1978-1984). Fue también profesor visitante, desde 1979 hasta su fallecimiento, del “PAD”, Escuela de Dirección de la Universidad de Piura (Perú), Inalde Business School, Universidad de la Sabana (Colombia) y también del IAE Business School de la Universidad Austral (Argentina).

[2] Pérez López, Juan Antonio, Fundamentos de la dirección de empresas, Rialp, Madrid, 2002.

[3] Cuando comparamos a Frankl con Freud y Adler, podemos decir que en los postulados esenciales de Freud, (éste consideraba que la pulsión de placer era la raíz de toda motivación humana) y Adler (la voluntad de poder), Frankl, en contraste, se inclinó por la voluntad de sentido. http://www.psicologia-online.com/