Luchando contra la pobreza desde una perspectiva humana

Introducción

En las últimas décadas se han destinado grandes recursos para luchar contra la pobreza. Pensamos que el poco éxito que se ha tenido en esta lucha es porque no se ha comprendido a la persona humana en toda su integridad. Los programas se han olvidado del ser humano pobre, del ser humano que busca completarse como tal.

¿Qué es la pobreza?

En este artículo entenderemos la pobreza como la ausencia o carencia de elementos que permiten al ser humano completarse como tal y desarrollarse.

El hombre pobre carece de elementos que le permiten crecer y completarse en humanidad. Los pobres no han tenido, han perdido o  se les ha arrebatado, la posibilidad de progresar con su desarrollo como seres humanos. La persona humana siempre está cambiando, tiene la posibilidad de avanzar o retroceder en humanidad.

¿Cómo es una persona humana completa?

Una persona humana recibe como patrimonio inicial una naturaleza corporal y psíquica. Sobre dicha base natural humana se construye la esencia humana, aquello que nos hace únicos e irrepetibles[1].

  • El ser humano está compuesto por una naturaleza corporal, tiene manos, cuerpo, pies y demás. Además tiene sentidos externos como el olfato, gusto, tacto, oído y vista; y, sentidos internos que permiten la memoria, la imaginación y pensamiento. La naturaleza corpórea cumple funciones vegetativas como la nutrición, reproducción y desarrollo, y funciones locomotrices relacionadas con el movimiento, el comportamiento y la conducta.
  • La esencia humana, incluyendo la naturaleza corporal y psíquica, está compuesta por el intelecto y la inteligencia (razón teórica y razón práctica), asimismo de la voluntad y virtudes como la prudencia, fortaleza, justicia, templanza, fe, esperanza y caridad.

La esencia es ese patrimonio actual que cada uno tiene, es el resultado de lo que nos ha ido pasando a lo largo de toda la vida. La esencia es “el estado actual de mi propia humanidad modificada – para mejor o para peor – a través de las acciones, de la vida, de mi vida.” Es la vida añadida a la vida natural.

Persona

La persona humana actúa a través de esa “naturaleza modificada”, de esa esencia o “modo de ser personal”. Si reflexionamos veremos que los pobres tienen limitaciones o faltantes serios en su esencia. Sea en su naturaleza corporal y psíquica, sea en el intelecto y voluntad, o un poco en todas ellas. Es lo que algunos estudiosos han venido a llamar “falta de capacidades” para desarrollar una vida plena o, de manera más específica, para obtener sin ayuda los bienes materiales mínimos para su subsistencia. Ahora bien, además de la vida añadida hay una vida donada, una vida personal  como proyecto que está conformada por la necesidad de coexistencia, de libertad, de conocer y amar; todo esto le da sentido a la existencia individual, familiar y grupal. Sobre este plano más trascendental hablaremos en otro artículo.

¿Qué ha pasado con los programas de ayuda?

La pobreza económica o material entendida como la dificultad del hombre pobre para obtener medios para su subsistencia y de la de su familia es un subconjunto de la pobreza humana como la definimos anteriormente.

Los programas de ayuda y lucha contra la pobreza olvidan que la pobreza económica es un subconjunto de la pobreza en general y no buscan restituir al pobre aquellos elementos que le permitan humanizarlo; al contrario, muchas de sus soluciones deshumanizan más a quienes intervienen o ayudan.

Por ejemplo, los programas de educación que buscan preparar y formar a las personas para que puedan acceder a una educación, a través de la cual puedan tener mejores oportunidades de empleo yde esa forma acceder a mejores ingresos y salir de la pobreza.  Estos programas tienen fallas operativas y sustantivas. Entre las fallas operativas están los problemas de diseño, corrupción o mala dirección; y entre las fallas sustantivas están:

1.- Los programas no consideran la realidad completa de la persona humana, muchos problemas están relacionadas con la nutrición, el auto estima, entre otros, que sí no son abordados en su integridad contribuyen a su ineficiencia.

2.- Los programas sólo buscan desarrollar la parte intelectual o parte de la inteligencia práctica de los estudiantes, olvidando las otras dimensiones teórico crítico y emocional. Así, no preparan al estudiante para tomar decisiones en su vida. Tampoco lo educan en la formación del carácter y la virtud.

3.- Hay poca participación de la familia y la comunidad en la formación de los estudiantes. Las escuelas son islas en la comunidad o la población.

Otros programas de transferencia condicionada también tienes fallas esenciales. Estos sí bien tienen la ventaja de pedir y exigir el cumplimiento de ciertos requisitos y acciones a cambio, no son dadas a cambio de trabajo. Con ello se instaura un sistema de asistencialismo que va en contra de la autoestima de las personas. Así, se pierde la oportunidad de enriquecimiento del trabajo al no pedirlo a cambio.

Entendamos que el trabajo es una manifestación cultural inherente al ser humano. El trabajo permite compartir el esfuerzo, el desgaste, la alegría, la renovación de las perspectivas y la superación de las mismas; asimismo, el trabajo permite “…establecer y preservar los lazos objetivos de unión y amistad entre los hombres, que hace posible la acción de todos.[2]” El trabajo no sólo sirve para conseguir bienes, sino para poner en práctica nuestro acto de ser y desarrollarlo. A la vez, si es visto con fines trascendentales, permite la elevación de la persona.

Es así como muchos programas de ayuda y lucha contra la pobreza olvidan al ser humano en su integridad. En vez de restituirles aquellos elementos que ayuden a los pobres a desarrollarse plenamente como seres humanos – a humanizarse – les quitan dichas posibilidades o les ponen barreras que lo hacen retroceder.

[1] Alcázar, Pp. 206

[2] Martínez-Echevarría Pp. 144. 148.

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